El vino se hace en la viña, todo comienza ahí. Para cultivar unas uvas que permitan elaborar grandes vinos de calidad es necesario cultivar el viñedo, alguien tiene que hacerlo.
Vigilar el crecimiento, combatir las malas hierbas, los insectos y las plagas de la vid, y vendimiar en el momento oportuno, son algunas de las más importantes labores del viticultor, un trabajo que se repite cada año y que los mejores viticultores realizan con mayor pasión que ningún otro trabajo agrícola.
Así, cada doce meses, el ciclo biológico de la vid se repite del mismo modo en todos los viñedos del mundo y una legión de viticultores y trabajadores del campo realizan una serie de labores a las que dedican mucho tiempo, así como amor y nervios a partes iguales.
La vid es al mismo tiempo una planta vivaz y un árbol frutal. Cumple un ciclo anual de producción de frutos y su propio ciclo de vida.
Al principio mero esqueje, se convierte en una vid joven antes de alcanzar la madurez y la plena producción, que va disminuyendo con el paso del tiempo.